viernes, 2 de octubre de 2009

Migrar o morir evidencia el abuso laboral que padecen los jornaleros

http://www.jornada.unam.mx/2009/10/02/index.php?section=espectaculos&article=a12n1esp

Produjo el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan

El documental se exhibirá en el Festival Internacional de Cine de Morelia

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Según cifras oficiales, más de un millón de jornaleros migran dentro del país y la gran mayoría trabaja en condiciones que violan las normas laboralesFoto Tomada del sitio de Internet del centro de derechos humanos
Tania Molina Ramírez

Los hombres, mujeres y niños que cosechan la fruta y la verdura con la cual nos alimentamos en México y en el extranjero son los más pobres de nuestro país y muchas veces ni siquiera comen lo que pizcan. Buena parte de ellos proviene de la Montaña de Guerrero y cada año viajan a Sinaloa para trabajar los campos de hortalizas de la agroindustria. Gracias a ellos existimos, dijo Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, durante la presentación de Migrar o morir (2008), este miércoles.

En la filmación del documental participaron jornaleros, y fue realizado por el centro –el cual lleva 15 años trabajando en defensa de los derechos humanos en la Montaña guerrerense– junto con la asociación civil Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

En los próximos días se exhibirá en el Festival Internacional de Cine de Morelia, y más adelante realizará una gira en el festival de documentales Ambulante, que apoya su difusión. También se proyectará en la Feria del Libro en la Ciudad de México.

Ya que Sinaloa es un gran exportador de hortalizas a Estados Unidos y Canadá, el video también será herramienta de una campaña enfocada en los consumidores del país vecino, y se buscarán alianzas con organizaciones como la Coalición de Trabajadores de Immokalee, que enfrentó a grandes compañías como McDonald’s y Taco Bell y logró mejorar las condiciones laborales de los jornaleros en Florida.

Más de 25 mil personas emigran de Guerrero, dijo Barrera. En total, según cifras oficiales, más de un millón de jornaleros migran dentro del país y la gran mayoría trabaja en condiciones que violan las normas laborales. Es vivir sin medicina, sin vivienda digna y sin escuela, siguió. A los siete años ya están trabajando. Del total de la población jornalera, 20 por ciento tiene menos de 14 años.

La cinta se realizó sobre todo por la necesidad de hacer visible una situación ignorada por las autoridades. El Estado ha claudicado en su resposabilidad de velar por los derechos de los trabajadores agrícolas, y en general de cuidar los derechos básicos de la población, explicó Barrera en entrevista posterior a la conferencia de prensa. Se cometen violaciones masivas a los derechos humanos de 25 mil guerrerenses. Ante la pregunta de cómo se compara la situación con la de los peones de inicios del siglo pasado, dijo que efectivamente los peones de hoy son los jornaleros, y las agroempresas las haciendas actuales.

Por lo tanto, el documental es un llamado urgente a la conciencia como país, dijo durante la rueda de prensa.

Todas las aristas

La cinta acompaña a jornaleros que viven en Ayotzinapa, Guerrero, en su recorrido a los terrenos de la empresa agrícola Campo Buen Año, en Sinaloa.

Ofrece los testimonios de jornaleros, niños, jóvenes y mayores, además del lado empresarial, de las autoridades gubernamentales y de organizaciones civiles. Muestra como uno de los temas principales el daño a la salud sufrido por los jornaleros debido a intoxicaciones por plaguicidas, varios de ellos prohibidos en otros países.

Es la verdad: es migrar o morir. Estamos obligados a salir a trabajar a Sinaloa, dijo el guerrerense Miguel Martínez Peralta, de Tlapa de Comonfort, quien trabajó de 1994 a 2006 en los campos de Sinaloa.

Quedarse implica que la única posibilidad redituable de vivir sea sembrar amapola, cultivo arraigado en las zonas más pobres del país, fenómeno al que Barrera llamó narcopobreza.

No hay futuro. Las comunidades viven al día, se escucha a Barrera durante el documental. Este año ha observado un aumento en la cantidad de gente que necesitará emigrar de la montaña guerrerense. Sin embargo, la demanda de las empresas agrícolas no parece aumentar. el activista cree que de todos modos intentarán llegar a Sinaloa, con el peligro de que no encuentren empleo.

De fondo están un sistema económico que se basa en esquemas como el de la agroindustria y un Estado que no vigila y regula a estas empresas. Los empresarios hacen lo que quieren y el gobierno no se preocupa por los pobres, opinó Miguel Martínez Peralta.

Juan López García, representante del Frente de Unificación de la Lucha Triqui, opinó respecto de la actuación de los empresarios: Vemos descontrol en lo que concierne a salarios y condiciones de trabajo. Hemos estado en los medios, pero no transciende, denunció. Ponen atención cuando hay alguna tragedia y luego queda otra vez en el olvido.

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