martes, 13 de octubre de 2009

Auto de formal prisión para 4 presos del 2 de octubre

x Carolina
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“Estos jóvenes quieren un país de libertad”, dijo la mamá de Víctor Herrera Govea, en un acto de protesta ante las oficinas del gobierno del distrito federal el miércoles 7 de octubre. Pero para el gobierno de Marcelo Ebrard, marchar por un país libre de represión es actividad pandillera. Esto se hizo claro unas horas después del acto cuando les fue dictado al compañero Víctor y a otros tres compañeros auto de formal prisión por los delitos de daño a propiedad en pandilla y robo calificado en pandilla de un OXXO, a pesar de la falta de pruebas contra ellos. De nuevo, el pretexto de pandillerismo se usa para justificar el secuestro político.
Víctor Herrera Govea, Jaime Cortés Fones, Miguel Ángel Martínez, y José López Ochoa marcharon con decenas de miles de activistas, en su mayoría jóvenes, desde la escena de la Matanza de Tlatelolco de 1968 hacia el Zócalo el pasado 2 de octubre. Su manera de honrar a las y los compañeros asesinados y desaparecidos hace 41 años era exigir justicia por los crímenes de estado de ayer y de hoy. Exigieron la libertad del recién detenido compañero Ramsés Villarreal y la de los presos políticos de Atenco. Exigieron un fin al fascismo y a la militarización del país. Pero la policía de Ebrard le cortó el paso a su contingente anarquista y libertario para que sólo pudiera llegar al Zócalo “encapsulado”. Con gases lacrimógenos, golpizas brutales y detenciones de 26 manifestantes, el gobierno demostró su temor a la protesta social.
“Lo que tenemos ahora es un gobierno como el de Díaz Ordaz, como el de Ulises Ruiz, como el de Peña Nieto, como el de tantos otros, no importa el color que tengan”, afirmó la compañera. “No existe ninguna evidencia del delito de robo. Los jóvenes fueron rodeados por más de 50 granaderos. Fueron agredidos salvajemente. Víctor estaba todo golpeado, pero aún así logró zafarse. Mientras regresaba a su domicilio, antes de llegar al metro Bellas Artes, lo abordaron cinco agentes en un automóvil sin placas. Lo golpearon. Le apagaron un cigarro en su pómulo. Lo llevaron al Ministerio Público 50. Nosotros pusimos una queja por las violaciones de sus derechos humanos. Sin embargo fue 8 horas hasta que los jóvenes pudieron declarar su inocencia. Tuvimos que esperar 8 horas para que les tomaran la declaración. 10 minutos después, los llevaron al reclusorio”.
“Marcelo tiene cámaras en cada esquina del centro de la ciudad. Hay cámaras en el OXXO. Saben que nuestros compañeros no eran los que robaron la tienda,” agregó un compañero.
“Nuestro contingente de la Otra Campaña se detuvo a solidarizarse con el contingente anarkopunk bajo ataque de los granaderos.. . Ellos no cometieron agresiones. Nosotros tampoco. Fuimos agredidos. Yo era una de las golpeadas”, afirma una compañera atacada con saña por ser persona transgénero. “Lo que pasó el 2 de octubre es un crimen de estado. Utilizaron un pequeño incidente para atacar toda la marcha y para secuestrar a los compañeros”.
“Ellos deben salir libres ahora,” dice una de las compañeras violadas en Atenco y encarceladas durante más de un año. “No queremos que lo mismo pase con ellos ––que tengan que estar encerrados durante meses antes de que reconozcan que no tienen nada contra ellos”.
En Oaxaca también hubo fuerte represión contra una de las tres marchas celebradas en esa ciudad el 2 de octubre. Un compañero reportó que hay 13 compañeros en la prisión Ixcotel, algunos de los cuales tienen fianzas de $380,000 y hasta $450,000 pesos. Pidió solidaridad con ellos.
El acto se completó con la buena música de La Otra Cultura para levantar el ánimo y mantener el ritmo de la lucha.
¡Pres@s polític@s libertad!

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