viernes, 10 de julio de 2009

Milicias islamitas toman posiciones para evitar otras reuniones

Se reanudan protestas en Teherán; dispersa la policía a manifestantes
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Imagen de la protesta realizada en Teherán que fue dispersada con gas lacrimógeno por la policíaFoto Ap
Reuters, Afp, Dpa y The Independent

Teherán, 9 de julio. La policía iraní dispersó a unas 3 mil personas que se concentraron en Teherán y desafiaron la prohibición de manifestarse para conmemorar el levantamiento de estudiantes contra el régimen islámico y su represión el 9 de julio de 1999.

Se trata de la primera manifestación de opositores desde que el presidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad fue reelegido en unos disputados comicios el 12 de junio, que provocaron el peor levantamiento desde la revolución islámica en 1979.

Las autoridades habían amenazado con aplastar cualquier concentración que se organizara para conmemorar la represión de 1999 y negaron cualquier autorización para efectuar manifestaciones.

Pese a la advertencia, unas casi 3 mil personas se reunieron en la avenida Taleghani, próxima a la universidad, en el centro de la capital, para gritar lemas contra el poder. ¡Liberen a los prisioneros políticos! o ¡muerte al dictador!, gritaban.

De acuerdo con testigos, la policía hizo uso de gases lacrimógenos para dispersar la manifestación, mientras las fuerzas antidisturbios y las milicias islamitas tomaron posiciones para evitar nuevas concentraciones. Los testigos aseguran que varios manifestantes fueron detenidos.

En días recientes circularon en Teherán octavillas que llamaban a los habitantes a manifestarse para arremeter de nuevo contra Ahmadinejad y conmemorar, como cada año, las protestas que estallaron en 1999 después de que hombres de paisano y la policía atacaran varias residencias universitarias, lo que dejó un saldo de una persona muerta, según datos oficiales.

En este contexto, cinco funcionarios iraníes detenidos en enero de 2007 por el ejército de Estados Unidos acusados de armar a las milicias chiítas en medio del conflicto sectario en Irak, fueron liberados y entregados a la embajada de Irán por las autoridades iraquíes, pero la Casa Blanca declaró que esta liberación no representa ningún gesto hacia Irán, al insistir que fue realizada en el marco del acuerdo de seguridad de 2008.

Inaceptables ataques a la prensa

El canciller iraquí, Hoshyar Zebari, precisó que la liberación forma parte del acuerdo de seguridad firmado con Estados Unidos, que prevé la salida de todas las tropas de Estados Unidos del país y la transferencia de todos los presos en manos de las autoridades estadunidenses a las iraquíes.

Reunido en Italia, el G-8 exigió a Teherán que respete el derecho, la ley y la democracia, y denunció como inaceptables los ataques a la libertad de prensa y al trabajo de las embajadas.


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