miércoles, 1 de julio de 2009

Centrales obreras hondureñas decretarán huelga general

El periodista hondureño Edgardo Castro también denunció en el contacto telefónico con teleSUR que en el país centroamericano empiezan a escasear los alimentos de primera necesidad debido al cierre de fronteras por el gobierno de facto. Asimismo, exhortó a la población a continuar en pie de lucha, a la espera del retorno del presidente constitucional del país, Manuel Zelaya.



La resistencia popular "está más viva que nunca", dijo a teleSUR el periodista hondureño Edgardo Castro. (Foto: YVKE)

Por: TeleSur

Las centrales obreras de Honduras se preparan este miércoles para convocar a una huelga general indefinida, que incluye un llamado a los educadores de todo el país para que se unan a la medida de protesta que repudia el golpe de Estado del pasado domingo.

La información fue suministrada este miércoles por el periodista local Edgardo Castro, quien por medio de un contacto telefónico con teleSUR realizó diversas demandas en torno a lo que está ocurriendo en su país, entre las que enfatizó que el alcalde de la norteña localidad de San Pedro Sula se encuentra "escondido" a raíz de la orden de detención y captura por parte del gobierno de facto, y de "la intención de los militares de arremeter contra su casa".

"Él no puede ser destituido porque fue electo por el pueblo, eso es una violación a los derechos constitucionales, no lo pueden destituir", aseveró el periodista.

Mientras los golpistas hablan negativamente de presidentes latinoamericanos, "han hecho prácticas terroristas: cortaron la luz, el teléfono, los canales de oposición al Gobierno de facto, detuvieron a periodistas, dirigentes, han ametrallado a dirigentes y a niños de 15 años, a cambio de mantener al gobierno golpista", denunció Edgardo Castro en exclusiva a teleSUR.

Sin embargo, el pueblo hondureño se mantiene en pie de lucha y sostiene las manifestaciones a la espera del presidente constitucional, Manuel Zelaya.

"Las centrales obreras tienen una reunión para decretar la huelga general en Honduras", aseveró el periodista, al tiempo que agregó que en la localidad San Pedro Sula, hay al menos un "90 por ciento de paralización comercial".

El pueblo hondureño demanda el retorno de su presidente, Manuel Zelaya, y resiste a la represión militar. (Foto: Efe)


Además, continuó Castro, con los anuncios del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales de parar los envíos económicos al país centroamericano, "quedaría como una isla, y obligaría a renunciar a los golpistas que nos han hecho volver a las épocas de las cavernas", agregó.

"Cuando llegue el presidente Zelaya todo cambiará", dijo el periodista, al tiempoque agregó que la resistencia popular "está más viva que nunca".

Luego, adelantó que probablemente harán llegar a teleSUR un material audiovisual que transmite la realidad de lo que ocurre en el país centroamericano, en vista del sesgo mediático que promueve el gobierno de facto.

"Hoy ustedes estarán recibiendo más tarde un material de video para que lo puedan transmitir al mundo, y vean lo que ha estado ocurriendo en este país. El pueblo ha estado en paz, si hubiera estado armado, todo fuera diferente", agregó.

Además de los ya denunciados cierres de medios opositores al gobierno de facto, y el sesgo informativo que se vive en Honduras, el Edgardo Castro denunció que hay varios periodistas presos.

El Pentágono está detrás del Golpe de Estado en Honduras, ¿con o sin la aprobación de la Casa Blanca?

Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya. El Comando Sur realiza anualmente cerca de 55 maniobras con las fuerzas armadas de Honduras.

Por: TeleSur

Cuando el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue brutalmente secuestrado en su residencia presidencial en Tegucigalpa en la madrugada del domingo 28 de junio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, disfrutaba de la paz y tranquilidad del campo en Camp David, la residencia vacacional del jefe del Estado estadounidense. Mientras el Presidente Zelaya era golpeado por soldados hondureños e introducido a la fuerza en un avión sin conocer su destino, el presidente Obama desayunaba con el relajante sonido de los pajaritos del bosque en el Estado de Maryland. Y durante el desarrollo del golpe de estado en Honduras ayer, que produjo múltiples violaciones de los derechos humanos, el secuestro y la violencia contra la canciller de Honduras, Patricia Rodas, la brutalidad y secuestro de los embajadores de Cuba y Venezuela en Honduras y la toma ilegal del poder por un gobierno de facto, ilegítimo, el Presidente Obama estaba tomando una decisión muy, muy difícil sobre la iglesia a la que él y su familia asistirán durante los próximos años.

El titular de hoy, "Obama escoge en Camp David la misma iglesia a la que asistía George Bush", está más destacado en los medios estadounidenses que este titular que, además, minimiza y manipula la verdad, "Chávez y sus aliados respaldan al derrocado presidente de Honduras". Por lo tanto, es obvio que la selección de la iglesia donde la familia Obama pasará sus domingos durante los próximos cuatro años es mucho más importante que un golpe de Estado en un país centroamericano. Ahora también se entiende por qué las declaraciones de ayer de la Casa Blanca sobre el golpe en Honduras, efectuadas sólo por voceros y no directamente por el presidente, fueron tan ambiguas y mesuradas. Obama no sólo estaba de retiro en el campo con su familia, sino que además estaba tomando decisiones de alta prioridad sobre sus futuras estadías dominicales. No tenía tiempo para preocuparse de asuntos ajenas a su dominio personal. ¿Golpe?, ¿qué golpe? Obama estaba decidiendo sobre su propia vida y muerte, porque según reseña un artículo en la Revista Time, "a pesar de que Obama quería asistir a una congregación en Washington, luego de probar varias iglesias, decidió que 'era incómodo' estar en un lugar público donde 'la gente' se acercaba para verlo." Entonces, por eso tuvo que trasladarse urgentemente a Camp David para aislarse de su pueblo.

La cuestión es que Obama, a pesar de que es el actual comandante en jefe del ejército estadounidense y el presidente del imperio, todavía no controla directamente toda la maquinaria imperial. Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya. El Comando Sur realiza anualmente cerca de 55 maniobras con las fuerzas armadas de Honduras. La misión militar de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa financia a las fuerzas armadas de Honduras aproximadamente con dos millones de dólares cada año, y eso no incluye los millones de dólares que Washington suministra a través de otros programas de cooperación con Honduras y la gran inversión en la base militar de Estados Unidos en Soto Cano, Honduras.

Ayer, miembros del congreso golpista de Honduras anunciaron que durante la semana anterior habían celebrado reuniones con el embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens. Incluso, un congresista hondureño declaró que el embajador quería que dejaran que se realizara la encuesta programada para el domingo pasado sobre un futuro referéndum para la convocatoria de una asamblea constituyente, porque "más adelante podemos resolver el problema de la reforma constitucional, no se preocupen". Pero, según el congresista, no querían esperar hasta noviembre y permitir que Zelaya, junto al pueblo, "tomara decisiones sobre el futuro del país".

Es cierto que el gobierno de Estados Unidos se ha unido a la declaración contundente de la Organización de Estados Americanos que condena el golpe de Estado y exige el regreso inmediato del Presidente Zelaya al poder. Pero hasta hoy, los voceros de Washington que han dado la cara sobre la situación en Honduras, han dicho que aún no están considerando la suspensión del apoyo económico y militar a Honduras en caso de que los golpistas se nieguen a cumplir con la Carta Interamericana y los principios democráticos. ¿Será que plantean un golpe al estilo de Haití en 2004, cuando secuestraron al presidente Aristide y lo llevaron al exilio en África antes de que el mundo se enterara de la brutal violación de la democracia que estaba ocurriendo en el país caribeño? Fue un avión estadounidense el que llevó a Aristide, escoltado por militares estadounidenses. Y luego, el gobierno de Estados Unidos junto a la OEA, condenó la ruptura del orden constitucional. Pero en lugar de trabajar para el regreso de Aristide a su puesto legítimo como presidente de Haití, apoyaron a un "período de transición" para restablecer el Estado de derecho y permitir un proceso electoral "pacífico" durante el año siguiente. Además, enviaron tropas de la ONU a Haití, que principalmente eran estadounidenses, para "garantizar la paz y orden" en el país. Hasta hoy siguen allí.

La Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) financia a grupos de la llamada "sociedad civil" en Honduras con más de 50 millones de dólares al año. A través de la National Endowment for Democracy (NED) y el Departamento de Estado, también canalizan millones de dólares y ayuda estratégica a los principales partidos y organizaciones políticas en Honduras a través del Instituto Republicano Internacional, el Instituto Demócrata Nacional y otras agencias de Washington. Grupos como Paz y Democracia, que salieron a la luz pública ayer respaldando el golpe de Estado en Honduras, reciben parte de ese dinero procedente de los autodenominados "promotores de la democracia". Tanto como en el caso de Venezuela, durante el golpe de Estado de abril 2002, el gobierno de Estados Unidos financió a los grupos involucrados en el golpe de Estado, y continuaba financiándolos a pesar de conocer sus planes golpistas. Tal vez no sea el "smoking gun" (o la evidencia directa) que comprueba la mano de Washington en el golpe, pero es suficiente para demostrar su complicidad.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró una vez que el Presidente Obama se vería sometido a una prueba internacional durante su primer año en el gobierno. La condena de Washington del golpe de Estado en Honduras tendrá que ser mucho más fuerte que su simple firma al final de la declaración de la OEA. Si no declaran que suspenderán el apoyo financiero al gobierno golpista en Honduras si éste continúa en el poder, el "cambio" que tanto avaló el presidente Obama con referencia a la relación entre su administración y América Latina quedará como un chantaje.

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