sábado, 29 de agosto de 2009

Integrantes de la sección 22 fueron recibidos a tiros; el saldo, un muerto y 20 heridos

Balean a maestros cuando intentaban recuperar una primaria en Oaxaca

Culpan a gobiernos federal y estatal de los hechos; la sección 59 se deslinda de la agresión

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El profesor Artemio Camacho Sarabia fue muerto a tiros cuando, junto con otros maestros, intentó recuperar la escuela primaria Libertad, ubicada en el municipio de San Pedro Jicayán. El cuerpo del docente fue trasladado al palacio municipal para ser veladoFoto Octavio Vélez
Octavio Vélez Ascencio
Corresponsal

Oaxaca, Oax., 28 de agosto. Un profesor perteneciente a la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) murió y al menos 20 resultaron heridos por arma de fuego, entre ellos algunos padres, cuando intentaban recuperar la escuela primaria bilingüe Libertad, en poder de priístas y miembros de la sección 59, en el municipio de San Pedro Jicayán, región de la Costa, a 416 kilómetros de esta ciudad, en los límites con Guerrero.

Artemio Camacho Sarabia, docente de la escuela primaria Norberto Aguirre Palancares, ubicada en el municipio vecino de Santiago Pinotepa Nacional, fue el profesor que resultó muerto, informó Azael Santiago Chepi, secretario general de la sección 22.

Inicialmente se reportó que había fallecido la profesora Leonides Celia Mejía, de la vecina municipalidad de San Pedro Atoyac, pero en el hospital general de Santiago Pinotepa Nacional, a donde fue trasladada, se reportó que su estado de salud se complicó por estar embarazada, sin embargo ella y el bebé están fuera de peligro.

Luis Castro Reyes, padre y agente municipal de la localidad de Santiago, municipio de San Pedro Jicayán, fue internado herido en el mismo nosocomio, donde su estado de salud se reporta grave.

Al menos una veintena de profesores y padres resultaron descalabrados y con golpes por pedradas.

Santiago Chepi expuso que unos 3 mil maestros del sector dos de Pinotepa Nacional acudieron al ayuntamiento para entrevistarse con integrantes del cabildo a fin de solicitarles su intervención en la solución del caso, pero las autoridades encabezadas por el edil Leonardo Silva Palacios se pusieron del lado de los priístas.

Entonces, el pleno de secretarios generales de delegaciones sindicales de la Costa acordó recuperar la escuela en poder de los llamados profesores externos, carentes de título y sin relación laboral con el Instituto Estatal de Educación Pública.

Juntos acudieron a la escuela, donde fueron recibidos a pedradas y balazos por los ocupantes del colegio. Lorenzo Herrera Serrano, secretario de Alianzas y Gestoría Social de la sección 22 identificó a Julio Antonio Mejía, ex presidente municipal y teniente retirado del Ejército Mexicano, y al ex síndico Sebastián Merino, como cabecillas de los agresores.

“Tenían de todo, desde pistolas, escopetas y hasta cuernos de chivo (rifles AK-47)”, señaló.

Camacho Sarabia fue alcanzado por una bala. Lo subimos a un taxi, porque ya estaba arrojando sangre por la boca y la nariz; sin embargo, murió en el camino, dijo Alberto Guzmán Rodríguez, ex dirigente magisterial que prestó ayuda al herido. El cuerpo fue trasladado al palacio municipal para ser velado.

Los profesores tocaron las campanas del templo lo que convocó a la concentración de una muchedumbre frente al palacio municipal, donde desarmaron a dos policías locales y retuvieron al edil Leonardo Silva Palacios, al síndico Antonio López López y a los regidores de Obras Públicas y Educación, Natalio López Vásquez y Basilio Castro Jiménez, respectivamente, además de un guardaespaldas del munícipe.

Los cinco fueron entregados por la noche a policías estatales que llegaron a la localidad en apoyo a agentes del Ministerio Público y peritos que acudieron a levantar el cadáver y a iniciar las investigaciones para deslindar responsabilidades y castigar a los culpables, según informaron Evencio Nicolás Martínez Ramírez, procurador de Justicia del estado, y Jorge Toledo Luis, secretario general de Gobierno.

En la capital del estado, profesores encabezados por el secretario general de la sección 22, Azael Santiago Chepi, bloquearon tres principales crucero de la ciudad para protestar por la agresión y exigir al gobierno estatal el castigo de los responsables.

Culpó a los gobiernos federal y estatal de los hechos por no haber cumplido la minuta suscrita el 26 de octubre de 2006 por el entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, para la entrega de las escuelas ocupadas por priístas y miembros del Consejo Central de Lucha, ahora sección 59 del SNTE.

Érika Rapp Soto, presidenta de la Comisión Ejecutiva de la sección 59, deslindó de los hechos a su organización, por no compartir la violencia como método de lucha. Negó que los agresores tengan relación orgánica con esa sección o hayan recibido orden de ese organismo para disparar. Se fueron por la libre, asentó y aseguró que se sumará a la demanda de castigo.

Comunicado de la Sección XXII





Oaxaca de Juárez, agosto 28, 2009.-

AL PUEBLO EN GENERAL

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Oaxaca de Juárez a 28 de agosto de 2009.

Hoy a primeras horas de la mañana, en la comunidad de San Pedro Jicayán, del Distrito de Santiago Jamiltepec, fueron arteramente baleados las compañeras y compañeros maestros del Sector Pinotepa Nacional, de la Región de la Costa en el estado de Oaxaca.

Los hechos ocurrieron cuando de manera pacífica un contingente de compañeras y compañeros iban a recuperar una Escuela de Educación Primaria Indígena que ha estado en poder de paramilitares, cecelistas–priistas apoyados por el gobierno del estado y caciques de la región, donde arteramente fueron acribillados con armas de alto poder; con el resultado de un compañero muerto el Profr. Artemio Norberto Camacho Sarabia; así como la compañera Profra. Leónides Celio Mejía Mejía y el Agente de Policía Municipal de la comunidad de Santiago Jicayán C. Jesús Castro Reyes quienes resultaron con graves lesiones y se encuentran internados en los nosocomios de la ciudad de Pinotepa Nacional.

Es importante resaltar que los paramilitares de la Sección 59, se encontraban esperándolos pertrechados al interior de la Institución Educativa, siendo comandados por el Subteniente del Ejército Mexicano, Julio Antonio Santiago.

Es preocupante que en el plano nacional el Estado impulse y auspicie a grupos paramilitares para eliminar físicamente a luchadores sociales, de derechos Humanos y todo aquel que no se pliegue a sus criminales políticas antipopulares.

La Sección XXII, rechaza totalmente el Terrorismo de Estado que en estos meses se ha agudizado en el plano nacional y específicamente en el estado de Oaxaca.

Condenamos de manera enérgica estos crímenes de Estado, ya que solo demuestran la incapacidad y desesperación del gobierno que solo por medio de la brutal represión colectiva y selectiva pretenden controlar, las ansias de justicia, libertad y democracia del pueblo.

Responsabilizamos primeramente al sátrapa y asesino priista de Ulises Ruiz Ortiz y al gobierno del espurio Felipe Calderón.

Exigimos el castigo inmediato a los autores intelectuales y materiales de esta masacre.

No descansaremos como Magisterio Democrático de Oaxaca, hasta lograr que se haga justicia.

¡NI PERDÓN NI OLVIDO ¡

¡CASTIGO A LOS CULPABLES¡

¡ANTE EL TERRORISMO DE ESTADO LA UNIDAD Y LA ORGANIZACIÓN DEL PUEBLO Y MAGISTERIO!

POR LA EDUCACIÓN AL SERVICIO DEL PUEBLO

EL COMITÉ EJECUTIVO DE LA SECCIÓN XXII


Bloqueos como respuesta al asesinato de los compañeros en Jicayan.







Oaxaca, por la defensa del sustento de la vida
Eva Hershaw*
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Desde que especialistas oaxaqueños y de la Universidad de Berkeley descubrieron semillas de maíz transgénico en la comunidad zapoteca de Guelatao, Oaxaca, las comunidades indígenas se aprestaron a defender el grano y su cultura. Arriba, imágenes de Teotitlán del ValleFoto de Eva Hershaw
E

l aire de Oaxaca siempre ha tenido un olor particular. La variedad de su gente y su tierra es abundante y variada: el dulce chocolate, el mole, el quesillo con flor de calabaza en las tlayudas, el mezcal; las calles de adoquín que corren bajo tonos colorados y ocres de arquitectura colonial, y sus ruinas arqueológicas dan cuenta de ella.

A pesar de la pobreza y la marginación del estado, sus pueblos y comunidades se caracterizan, entre otras cosas, por mantener vínculos de unidad inquebrantables –incluso más allá de las fronteras–, basados en su gran sentido de identidad y su profunda conexión con su tierra y su cultura de origen.

Este año, una nueva batalla se libra sobre el suelo oaxaqueño. Contra fuerzas enemigas con nombres en inglés –Monsanto, Pioneer High Bred y Down AgroScience–, hoy las poblaciones indígenas de Oaxaca buscan defender una conquista de 10 mil años de trabajo y dedicación: el maíz, que, según dictan sus creencias, es como su creador.

Desde que un grupo de científicos oaxaqueños e investigadores de la Universidad de Berkeley descubrieron semillas de maíz transgénico en la comunidad zapoteca de Guelatao, en 2001, surgió una fuerte controversia: ¿se debe dejar que el maíz genéticamente alterado se expanda sobre el territorio que alberga la probable cuna de maíz en el mundo?

La comunidad indígena se aprestó a defender con todo al sustento de la vida. Durante casi 10 mil años, el maíz ha sostenido las poblaciones zapoteca, mixteca, náhuatl y muchas otras más que habitan el suelo de la Sierra Madre. Existen 60 especies de maíz criollo en el país. Cada año, los cultivos forman parte de procesos cíclicos que garantizan las futuras siembras a partir de la selección y el almacenamiento de las semillas. Esto implica que no todo el maíz de la cosecha se utilice para consumo humano.

Aldo González, de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca (UNOSJO), se ha convertido en uno de los principales voceros de la oposición indígena al maíz transgénico, y en uno de los más importantes promotores y defensores de la cultura del maíz, reconociendo en ella un valor que es más importante que el maíz en sí. González insiste en la necesidad de reconocer las relaciones bióticas de los ecosistemas destacando la importancia de éstos como factor que frecuentemente se omite en los reportes económicos. No sólo se vale defender el maíz, se debe defender todo lo que le rodea.

A pesar de que 70 por ciento del suelo oaxaqueño es considerado infértil por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sagrado trío de maíz, calabaza y frijol sigue alimentado a muchos pueblos desplegados por las montañas pintorescas.

Desde la década de los 70 del siglo pasado, las comunidades indígenas han vivido una gran fuga de capital humano a otras regiones del país y al vecino Estados Unidos, debido a la falta de oportunidades. Después de los fallidos acuerdos de San Andrés, en el año 1996, una gran desconfianza en el gobierno ha crecido dentro de la población indígena, que ha manifestado abiertamente su falta de interés por depender del gobierno.

Aunado a esto, las transformaciones lentas, pero progresivas, de la forma de vivir de estos pueblos que adoptan nuevas necesidades, influidos por lo que a secas definiré como la modernidad, han generado que el valor del dinero remplace al del maíz, como comenta González, desvaneciendo así el sentido de comunidad que giraba en torno al alimento básico.

El gasto gubernamental en las comunidades indígenas está muy lejos de cubrir sus necesidades de bienestar y desarrollo; sin embargo, el mismo gobierno insiste, cada vez más, en la necesidad de impulsar programas para favorecer el apoyo a los cultivos transgénicos.

En febrero de 2009, el gobierno eliminó las prohibiciones sobre la producción de maíz transgénico firmadas en 1998, avalando a su vez 25 sitios de prueba en varias regiones del país. Aunque Oaxaca no se encuentra en la lista de regiones de siembra experimental, el principal tema de discusión es el siguiente: ¿Existe capacidad institucional creíble para controlar el uso y dispersión de estos transgénicos hacia los principales centros de origen y diversificación del maíz criollo?

Destacados científicos y analistas rurales aseguran que la respuesta es un no absoluto. Sin mecanismos comunitarios de control del material genético no hay ninguna esperanza. Las tiendas se abastecen con maíz importado del más barato, es decir, maíz transgénico; de esta manera, este material entra por toneladas en las comunidades de Oaxaca cada año.

Las comunidades indígenas han denunciado “las falsas promesas de la revolución verde, y estamos luchando para reclamar algo que corre el riesgo de perderse; nuestro objetivo es restablecer los ritos y ceremonias ligados a la producción del maíz”.

El maíz es uno de los principales referentes históricos del pueblo mexicano, su pérdida es preocupante no únicamente por la importancia sociocultural de la agricultura tradicional del maíz, sino porque al ser este país uno de los centros de origen del maíz, perder una variedad del grano en México representa perderla en todo el planeta.

* Especialista en cuestiones ambientales y políticas agrícolas, graduada en la Universidad de Washington. Fotógrafa.


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