sábado, 7 de agosto de 2010

Economía al servicio de Coca Cola modifica regulación y pone en riesgo la salud de los niños


Coca Cola, con el apoyo de la Secretaría de Economía, logra que SEP y SS avalen introducción de bebidas con edulcorantes artificiales en escuelas, poniendo en riesgo la salud de los niños.

Economía logra quitar el criterio de densidad calórica de la regulación para que quede toda la comida chatarra en las escuelas, destruyendo todo su sentido.

A partir del cabildeo de las empresas refresqueras y de The Coca Cola Company en particular, y con el apoyo determinante de la Secretaría de Economía del Lic. Bruno Ferrari y la subsecretaría Lorenza Martínez, la SEP modificó ya su propuesta original para regular la venta de alimentos y bebidas en las escuelas, permitiendo la venta de bebidas “light” en las escuelas, promoviendo la ingesta de edulcorantes artificiales no calóricos entre los alumnos de primaria y secundaria. La medida a favor de las refresqueras pone en riesgo de los niños y las niñas en México. Economía ha impuesto a SEP y SS el retiro del criterio de densidad calórica para los alimentos en las escuelas por lo cual se venderá cualquier producto chatarra, únicamente en porciones más pequeñas.

“Lo que está ocurriendo es la demostración más evidente y pública de la incapacidad del Estado Mexicano para resguardar el interés público de los intereses privados, en este caso, en defensa de la infancia en nuestro país. Hemos visto como los intereses empresariales han ido desmantelando una regulación que se proponía enfrentar una situación de emergencia en salud, el sobrepeso y la obesidad de la infancia mexicana que llegó ya al primer lugar mundial. Basto la llegada de Bruno Ferrari a Economía para que se impusiera en práctica el desprecio a la salud y a la infancia que tienen las grandes empresas procesadoras de alimentos y bebidas”, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.

Los edulcorantes artificiales no calóricos, a pesar de ser aprobados como seguros por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos y otras instancias internacionales, han generado una fuerte discusión entre la comunidad científica por existir estudios que señalan riesgos en salud. Estos riesgos han llevado a los institutos de salud pública de varias naciones a recomendar que los menores no consuman los productos que los contienen.

En los Estados Unidos, cuna de The Coca Cola Company y de Pepsico, el Centro de Control de Enfermedades (CDC) y el Instituto de Medicina (IOM) han recomendado que las bebidas con edulcorantes artificiales no calóricos sólo fueran permitidas en escuelas de nivel medio superior y sólo después de que el horario escolar ha finalizado. Estos organismos han señalado la falta de evidencia sobre la efectividad de edulcorantes en el control de peso. Así mismo, señalan que no existen estudios sobre los efectos potenciales de estas sustancias cuando son consumidos por varios años, iniciando desde la niñez (1).

En Canadá, en una revisión realizada en el 2007 a una regulación de los alimentos y bebidas en las escuelas iniciada en el 2005, se tomó la decisión de sacar las bebidas “light”. En España, el 21 de julio pasado, el Ministerio de Salud decidió sacar los refrescos y las bebidas “light” de las escuelas de educación básica. En Nueva Zelanda no se permiten productos con edulcorantes artificiales no calóricos al interior de las escuelas, solamente en eventos especiales. En el Reino Unido no se permiten estos edulcorantes en refrescos, solamente en productos de menor consumo como leche y yogurt.

“La introducción de bebidas “light” en las escuelas es una aberración del gobierno federal y le traerá un muy alto coto político y de descrédito frente a la sociedad. Es indignante que los intereses de empresas como Coca Cola se impongan sobre las políticas urgentes de salud pública, sobre el bienestar público. Basta ver que esta empresa, así como Pepsico, desarrollan el marketing de sus bebidas light dirigido a jóvenes y adultos, un
marketing que contrastará con la venta de estos productos a menores. Estas empresas no quieren salir de las escuelas ya que ahí deforman a los consumidores de por vida”. Señaló Alejandro Calvillo, director del Poder del Consumidor, A.C.

Entre los estudios sobre los riesgos de los edulcorantes artificiales no calóricos EPC destacó los realizados en ratas que sugieren que el aspartame consumido de manera regular puede incrementar el riesgo de cáncer (2). De especial atención son los estudios que demuestran que el consumo de bebidas “light” no disminuye la incidencia de obesidad y que la pueden aumentar. Un estudio de Framingham, Dhingra et al. reporta una asociación positiva entre el consumo de refresco de dieta y la prevalencia de síndrome metabólico, la cual fue mayor que la obtenida con el consumo de refresco con azúcar. Otros estudios como los de Lutsey et al (3), Nettleton et al (4) y Flower et al (5) reportan que personas con un muy alto consumo de bebidas “light” tuvieron casi el doble de riesgo de presentar obesidad en comparación con las personas que no consumen edulcorantes, después de un seguimiento de 7 a 8 años.

Principales advertencias:

1. La desaparición de la densidad calórica para normar los alimentos que entrarán a las escuelas permitirá la permanencia de la comida chatarra en las escuelas tirando abajo toda la regulación.
2. El consumo de bebidas o alimentos con edulcorantes no calóricos desplazará el consumo de los alimentos centrales que los lineamientos desean promover: frutas, verduras y agua. La venta de los alimentos con sabor dulce tendrá un efecto que llevará a disminuir el consumo de alimentos naturales y saludables.
3. El consumo de estos productos continuará deformando el gusto de los niños por alimentos y bebidas endulzadas, una de las principales deformaciones de los hábitos alimentarios y una de las causas centrales del sobrepeso y la obesidad.
4. Dado que no existe el hábito de consumo de alimentos con edulcorantes artificiales en los niños, el Gobierno estará, en forma tácita, sirviendo a los objetivos promocionales de las empresas, promoviendo su consumo en este grupo de edad, a pesar de las dudas que hay sobre su seguridad en niños. Si en el futuro se confirma que estos productos aumentan el riesgo de tumores en humanos expuestos desde la niñez, como lo hacen en ratas expuestas en forma crónica, el gobierno será responsable de los daños a la salud de los niños y niñas mexicanos.

Información de CENCOS México

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