sábado, 14 de noviembre de 2009

A continuación comunicado urgente de los/as compañeros/as desde la isla.

Por una Cuba Libre Libertaria, MLC

Compañero/as:

Pedimos a la izquierda internacional todo el apoyo posible en aras de proteger el esfuerzo que está realizando la generación más joven de la Revolución Cubana contra la derecha burocrática anquilosada en el poder. Llamamos a crear una red de apoyo a la militancia anti-autoritaria emergente, pues los destinos de Cuba y de su Revolución dependen en estos momentos de nuestra capacidad común de resistencia.

Agrupémonos!

Saludos libertarios desde La Habana.

Compañeros

Ya circulan visiones dentro de varias de nuestras instituciones sobre el carácter "disidente" y "mercenario" de la marcha del pasado viernes. Como conocemos que el silencio de nuestros medios y la algarabía de la derecha pueden auspiciar una represión de "bajo perfil" contra los camaradas participantes que, supuestamente se habrían dejado "manipular ingenuamente por el enemigo" sería bueno circular estas imágenes, crónicas y pronuncimientos de asistentes aparecidos en medios electrónicos. En ellos se ve claramente el carácter humanista, cívico y ajeno a cualquier manipulación de la actividad. Y las únicas consignas aparecidas aludías, expresamente, al socialismo.

Sólo la más amplia circulación de esta mirada cubana y libertaria, hoy eclipsada por la prensa estatal y los medios burgueses, impedirá el anonimato, la invisibilidad y las posibles represalias.

No dejemos que nos arrebaten otro pedacito de esperanza. gracias y abrazos

Armando Chaguaceda

Una pequeña batalla de ideas contra la violencia (I) November 12, 2009 | www.havanatimes.org

Dmitri Prieto

La violencia es una realidad presente en casi todos los espacios sociales: la familia, las relaciones de género, la infancia y la educación, el deporte, las guerras, la política estatal e internacional, la ecología… Más simple pero más difícil sería precisar dónde no hay violencia. Lamentablemente, Cuba no es una excepción de esta lógica.

Para luchar contra la violencia hay que desarrollar coraje, perseverancia, decisión y espíritu de humildad. Existen muchas teorías y prácticas relacionadas con la no-violencia, que proponen pautas de acción y de convivencia social.

Como recientemente escribió una amiga en HT: “El tema de la violencia es muy complejo… Necesitamos un recorrido por el interior del alma para luego salir a recorrer las calles.”

El viernes pasado algo muy insólito ocurrió en Ciudad de La Habana: aparentemente sin ninguna convocatoria “oficial” o “de la oposición”, unas 200 personas nos reunimos en una esquina del céntrico barrio El Vedado, para peregrinar juntos unas cuadras en contra de la violencia. Caminamos por la Avenida 23, y después volvimos al punto de partida, en la esquina de 23 y G.

Hoy considero un privilegio haber estado allí. Pero no es la primera vez que ocurre en La Habana un evento dedicado a la no-violencia: hace poco más de un mes, unas 50 personas nos congregamos en la Casa de Cultura del Vedado para conversar sobre ese tema y disfrutar del arte que cuestiona la violencia; en aquel entonces, el proyecto Ahimsa y la red Observatorio Crítico organizaron y promovieron la acción. Me alegró mucho que numerosas personas que en aquella ocasión estuvieron con nosotros también asistieran a la caminata del pasado viernes.

Pues a las 5 de la tarde del viernes, en la esquina de G y 23 se fueron congregando unas 200 personas. No estaba claro quién organizaba el “performance”; aparentemente, no se usaron medios de divulgación oficiales ni alternativos, la noticia fue corriendo “boca a oreja”.

Yo me involucré porque así lo quise. Al igual que el resto, tenia opción: estar o no estar, ir o no ir. Opción ausente en muchas de las acciones públicas que conocemos. De todos modos, 23 y G es un lugar muy transitado, sobre todo por jóvenes, así que no había nada especial en que uno estuviese allí. Creo que la mayoría de los que fueron compartían ese pensamiento. Quizás iban por interés, o por curiosidad, pero seguramente estaban claros que hacía falta cierta valentía, decisión y compromiso para estar allí, ya que algo fuera de lo común se estaba gestando, y como dije no estamos acostumbrados a acciones de ese tipo. Pero siempre hubo la opción de no estar.

Fue “opcional” para casi todos; pero para hacer honor a la verdad algunos no pudieron llegar debido a intervenciones policiales, contrarios al reconocimiento tácito, pero siempre bajo sospecha, del espíritu de la peregrinación por las autoridades. Su detención y ausencia de la caminata se convirtió en tema hit por la blogosfera “liberal”. No fue simétrica esa cobertura.

Al mismo tiempo, la peregrinación tuvo lugar, independientemente de la ausencia de personas que algunos (¿de “derecha”? ¿de “izquierda”?) quisieran presentar como “cabecillas”. Ello demuestra el poco rol de la “movilización” o la “manipulación” -tan presentes en el imaginario normado al que estamos acostumbrados- en la decisión de la gente de participar en la acción. Estábamos para protagonizar un hecho singular, no para seguir a un manojo de “líderes”.

La violencia innecesaria es contraproducente November 11, 2009 | www.havanatimes.org Pedro Campos y otros compañeros

HAVANA TIMES, 10 de nov. — Esto se escribe con amargura, hubiéramos preferido no tener que hacerlo; pero los principios éticos y revolucionarios no permiten otra alternativa.

Hemos venido advirtiendo el creciente distanciamiento entre los órganos de dirección administrativa del país y el pueblo en general, a causa de las erradas políticas económicas y sociales de las últimas décadas y de la ausencia de un verdadero diálogo entre las fuerzas revolucionarias y en el seno de todo el pueblo. Una revolución que no desemboque en la entrega del poder real, el de la economía y las decisiones todas, que los afectan, a los trabajadores y al pueblo, termina irremisiblemente en su contrario, reprimiendo a la izquierda y al propio pueblo, como se demostró en los fallidos intentos socialistas del siglo XX en Europa y Asia. Últimamente, graves errores de la burocracia están acelerando la descomposición política del ambiente y la propia división en el seno de las fuerzas revolucionarias.

Ningún revolucionario verdadero está dispuesto a apoyar la reversión de la Revolución ni la restauración del Capitalismo privado, sea desde las filas de la derecha o desde la burocracia. Tampoco puede estar de acuerdo en reprimir con violencia a los que simplemente expresen un pensamiento distinto, o a los que pacíficamente deseen exponer sus puntos de vistas, aunque no coincidamos con ellos. “Cuando vinieron a buscar un comunista, nadie salió; cuando vinieron a buscar a un judío, nadie salió; cuando me vinieron a buscar a mi nadie salió”: ocurrió en la Alemania fascista.

“Puedo no estar de acuerdo con lo que dices, pero estoy dispuesto a defender con mi vida, tu derecho a decirlo.” Ha sido una máxima revolucionaria en todos los tiempos. Las acciones del enemigo y la oposición deben ser rechazadas correspondientemente. A la violencia contrarrevolucionaria no queda otra alternativa que responder de la misma forma. Pero la sobrerreacción, como responder en el plano violento acciones pacíficas, ha demostrado en la práctica, ser contraproducente y virarse contra quien lo aplica.

Los que así pensamos, no podemos estar de acuerdo con acciones represivas contra personas que desean manifestarse pacífica y públicamente aunque no compartamos sus posiciones e ideológicamente las combatamos sin cuartel.

Dos razones principales llevan a desaprobar estas acciones de represión contra la oposición pacífica.

1-Aceptarlas impasiblemente implica ser cómplice de la violación del derecho humano sagrado a la libre expresión, de profunda raigambre en la propia historia revolucionaria cubana. Fidel, Camilo y el Che desde la Sierra nos enseñaron a respetar al adversario y evitar la violencia innecesaria. Y desde el Manifiesto de Montecristi, Martí estableció los principios éticos del trato a la oposición.

2-Estas acciones solo sirven para fortalecer a quienes están dirigidas, darles la razón a las acusaciones sobre violaciones a los derechos del pueblo cubano, afectar la imagen internacional de la revolución y complicar más aún, la ya difícil situación política interna.

Los que quieren borrar los colores de la vida y ponerlo todo en blanco y negro, los que actúan violentamente sin necesidad, están sirviendo a los enemigos de la Revolución, están ayudando a consolidar a las figuras que combaten.

Rechazar la violencia innecesaria no denigra la postura revolucionaria y comunista, al contrario: la dignifica.

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